La falta de personal en carnicería, pescadería, charcutería o frutería se ha convertido en un problema escalado y de gran importancia en España. Desde las grandes empresas de distribución alimentaria –supermercados e hipermercados- hasta las zonas rurales con los pequeños comercios, el relevo generacional se ha transformado en el fantasma que atormenta la posibilidad de mantener el negocio.
Este relevo generacional puede paliarse, según los expertos, gracias a la creación de formaciones profesionales (FP), mediante las cuales los profesionales podrían obtener la cualificación necesaria para cumplir todos los objetivos. Además, esta formación superior serviría para que los jóvenes obtuviesen esa gratificación de ser titulados, algo casi necesario en la sociedad actual.
Tal y como publicó THE OBJECTIVE, desde la Asociación de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que representa a supermercados como Mercadona, Dia o Ahorramas, se detectan cada año una media de 1.000 vacantes, sobre todo en el marco de la comercialización de productos frescos, demostrando que, aunque la oferta laboral es muy amplia, la demanda en el sector es casi inexistente.
«Casi no hay relevo generacional y hay una gran demanda de profesionales. Hay establecimientos, muchos, que están cerrando porque, cuando el propietario se jubila, no queda nadie que pueda hacerse cargo del cargo», comenta María Sánchez, directora de Educarne.
Las condiciones atragantan el relevo
«En nuestro caso, que representamos a las pescaderías especializadas locales, menos. Es un problema tremendo, el horario comercial se atraganta a las nuevas generaciones, y, en el caso de las pescaderías, hay que sumar el abastecimiento que se realiza normalmente en horario nocturno. Hemos perdido un tercio de los locales de pescadería desde 2007, pasando de 15.000 en toda España a menos de 10.000, especialmente por la falta de este relevo generacional para el emprendimiento», explica María Luisa Álvarez, directoral general de Fedepesca a THE OBJECTIVE.
«Apreciamos un mayor relevo generacional en las empresas mayoristas que en los pequeños comercios de frutería. La mayoría son segundas o terceras generaciones y negocios familiares. En fruterías tradicionales familiares sí se percibe una falta de relevo generacional, sobre todo por los horarios, y las ‘jornadas laborales leoninas‘. Muchos de ellos son autónomos y están solos en los establecimientos por lo que vienen de madrugada a Mercamadrid y luego tienen que atender con el horario comercial hasta las 8 o las 9 de la noche. Eso ha llevado a que en los últimos 10 o 20 años hayan cerrado muchas fruterías», señalan desde Asomafrut.
La sobrecualificación es un problema
El deseo de ser titulado universitario o técnico superior está instaurado en nuestro país desde hace décadas. Ese estigma, propiciado por las necesidades económicas que ha atravesado la población -como la crisis del 2008- ha supuesto que, en el imaginario colectivo, se establezca la idea de «si tengo una carrera, voy a encontrar un mejor trabajo».
No obstante, referido al relevo generacional, la realidad es muy distinta. Según los últimos datos ofrecidos por la Oficina de Estadística de la Unión Europea y los del Ministerio de Trabajo, España es el país con la tasa más alta trabajadores nacionales sobrecualificados (34,5%), mientras que mantiene más del 30% del paro juvenil.
Estos datos demuestran cómo el estigma no es cierto y, en algunos casos, podría ser contradictorio, generando trabajadores que emplean sus habilidades en sectores que requieren menor formación que en los que se han especializado.
Importancia en la cualificación
No obstante, el pensamiento es persistente y, debido a la gran oferta laboral, es posible que la creación, transformación, mantenimiento y buen marketing de las formaciones profesionales dedicadas a los oficios de charcutero, frutero, pescadero o carnicero sirvan como un impulso estimulante para los jóvenes, que se verían atraídos al sector, no solo por la necesidad laboral, sino por ser, además, cualificados superiores titulados.
«Otros sectores, como la hostelería, cuentan con títulos de FP desde los años 60 y con oferta en centros de FP. Sin embargo, el comercio de alimentación, que emplea a medio millón de personas en España, si tenemos en cuenta el comercio mayorista y minorista, no ha contado con título de formación profesional hasta el 2018 y, hoy en día, ningún centro de FP lo ofrece en ninguna CCAA. Una discriminación clara en el ámbito educativo que ha provocado esta falta de cantera cualificada», expresa Álvarez a THE OBJECTIVE.
La gran mayoría de los comerciantes, fruteros, carniceros y pescaderos ven necesaria la creación de formaciones superiores para salvar sus empleos frente al paso del tiempo pues, como uno de ellos, de manera anónima, mencionaba: «Mis hijos no quieren hacer esto y, cuando yo me jubile, si esto sigue así, el comercio que tenían mis padres, y que mantengo yo, tendrá que cerrar».
Formación para mantener el sector
«En las zonas rurales se están cerrando muchas carnicerías. Cuando cierra la carnicería cierra el bar del pueblo, después el colegio, etc. El conseguir relevo en este oficio es multifactorial, pues se debe hacer desde varios frentes. Primero, se deben crear referentes en el oficio, así como ha hecho la restauración con los grandes chef que han enseñado lo bonito de la profesión, atrayendo a muchos jóvenes», expresa Sánchez. «Como muchos otros, este sector es muy duro, pero debemos enseñar la parte bonita. Después, se debe abordar la formación y, por último, la parte de las prácticas en empresas para que de verdad puedan existir grandes aprendices», finaliza
La formación superior dependería del marketing estratégico que se emplease, sobre todo con el fin de crear profesionales que amen y quieran mantener el sector, asegurando una nueva generación no solo de trabajadores, sino, con el tiempo, de empleadores e inversores jóvenes en la industria.
La falta de formación genera que no haya una base establecida de trabajadores ya formados, convirtiendo la labor en el aprendizaje ‘boca a boca’ clásico, pero, a su vez, obligando a las empresas a tener desde escuelas de formación propia hasta cursos de manera interna para mejorar al personal, como explicaba THE OBJECTIVE hace unos días.
Necesidades del sector
En la actualidad existen pocas FP, la mayoría de grado medio, que cubran las necesidades del sector. Educarne cuenta con cursos avanzados en carnicería y corte de jamón. Cesforem, por su parte, ofrece un curso de pescadería con estudios plenamente prácticos. No obstante, en el sector de la frutería no existen formaciones profesionales plenas.
«Es imprescindible ofertar los ciclos formativos, y hacerlos atractivos. Hoy, además de saber sobre producto, tienes que saber de seguridad alimentaria, calidad, sostenibilidad, marketing, digitalización, gestión empresarial. Es imprescindible actualizar conocimientos continuamente», aborda Álvarez a este periódico. «Nosotros hacemos lo que podemos para suplir esta falta de oferta pública que debería ser responsabilidad de los gobernantes. De hecho, firmamos un acuerdo con la UNED y llevamos cinco ediciones del Curso de Experto en Comercialización Pesquera de 400 horas a distancia que permite abordar toda la formación necesaria», finaliza.