A un año de la reforma laboral, y con todos los parabienes de diferentes organismos que valoran la reducción de la temporalidad de nuestro mercado de trabajo, un reciente informe elaborado por Fedea pone negro sobre blanco para demostrar una situación inquietante: y es que, a pesar de que, desde 2021 a 2022 hoy tenemos en España 2,5 millones de contratos de trabajadores fijos discontinuos más, lo cierto es que esa contratación no tiene su traducción en el empleo, ya que la media de afiliación a la Seguridad Social sigue estable y es constante. ¿Cómo es posible que haya tantos contratos y no aumente proporcionalmente el empleo?
La razón no es otra -explicó ayer Florentino Felgueroso, autor del trabajo La reforma laboral, ¿un cambio de paradigma?, junto a Marcel Jansen- que, al extender los contratos indefinidos a trabajos intermitentes, los anteriores contratos que eran temporales y sus recontrataciones se han convertido ahora en fijos-discontinuos. Además -añade-, se ha dado acceso a las empresas de trabajo temporal (ETT). De hecho, el 60% de los contratos fijos-discontinuos son ya contratos de puesta de disposición de las ETT.
De manera que -remarca Felgueroso-, el empleo medio no se ha visto aumentado pese el mayor volumen de contratos. Y eso se debe a un aumento de los periodos de inactividad, o bien a que los periodos de actividad laboral son cada vez menores, así como, a que las bajas de trabajadores -que no son ni por periodos de pruebas ni por despidos- son básicamente por abandonos voluntarios, lo que se vincula directamente con los contratos fijos-discontinuos.
De hecho, a un año de la reforma laboral, han crecido las tasas de baja de los trabajadores fijos discontinuos, al tiempo que también crecen las tasa de baja de indefinidos por actividad laboral y por dimisión, según recoge el informe de Fedea, elaborado entre otras fuentes por microdatos de la EPA con flujos del INE, como se puede observar en el gráfico de abajo. De igual modo, en un año de reforma laboral, la transmisión del empleo al paro multiplica los datos de la UE y, al tiempo, se observa -reseña Felgueroso- que la temporalidad no se reduce en el sector privado.
Falta de información de los fijos discontinuos
La cuestión, centran los analistas, está en la diferencia entre la temporalidad contractual y la temporalidad real o empírica, como ayer señaló Juan Francisco Jimeno, asesor de la Dirección General de Economía, Estadística e Investigación del Banco de España y profesor asociado en la Universidad de Alcalá. Jimeno, que valoró que esta reforma haya abordado la dualidad, sí que sustanció asuntos como la falta de información acerca de los fijos discontinuos -«No tenemos acceso a los registros informativos», apunta el investigador y experto en Macroeconomía, Derecho Laboral y Economía Pública-, o la falta de métrica para decir que esta Reforma Laboral es positiva en comparación a qué, porque hasta la fecha -indicó-, «se ve cómo crece el empleo, pero no crece al mismo nivel la economía».
Parecida reflexión es la que hizo desde Fedea Esther Gordo, directora de Análisis Presupuestario y Análisis Económico de la Airef, para quien, más allá de ver en esta reforma una voluntad firme para reducir la temporalidad, «hay dudas de que la actual tendencia laboral de España -lo que por otra parte está sucediendo en toda Europa- se deba a la reforma laboral. Sostiene Gordo que falta información macroeconómica, no se sabe qué pasa con los fijos discontinuos y, la temporalidad no se traslada a la estabilidad en el empleo». En su opinión, «hay que trabajar las políticas de empleo y hay que tener más ambición».
Para Iñigo Sagardoy de Simón, presidente del despacho Sagardoy Abogados, esta reforma laboral es positiva, en tanto en cuanto trata la dualidad y la reducción de la temporalidad -recomendaciones de la UE-. Asimismo, destaca que desde el punto de vista empresarial, la reforma del 21 mantiene los aspectos fundamentales, y desde un punto de vista práctico, la legislación se entiende y las empresas la están aplicando bien. «No hay grandes problemas interpretativos ni contradicciones jurisdicionales». Ahora bien -apunta-, existe «cierto riesgo de que la dualidad de antes se pase a la dualidad sistémica de ahora de jornadas a tiempo completo a jornadas a tiempo parcial, afectando a las horas de trabajo».
María Luz Rodríguez, exsecretaria de Estado de Empleo con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, esta reforma laboral, de 2021 es una reforma audaz, que ha sido capaz de canalizar el contrato de obra al de fijo discontinuo, y además ha arreglado las cuentas con el pasado desde el diálogo social». En un línea similar se manifestó el catedrático de Derecho de Trabajo, Jesús Lahera, economista de Fedea, y para quien la reforma de Yolanda Díaz ha permitido que imperen «las posiciones más moderadas de los actores». Frente a esta posición, otro exsecretario de Estado, en este caso Juan Pedro Riesgo, señaló que la valoración más optimista de la reforma es que ha servido para que Europa nos dé el dinero de los fondos Next Generation.
‘Bonus-malus’ para evitar la rotación
Este martes, tanto Florencio Felgueroso como Marcel Jansen, autores del análisis de Fedea que dirige Ángel de la Fuente, denunciaron que la transformación de un contrato temporal en un fijo-discontinio no garantiza un aumento de la intensidad del trabajo o la estabilidad de una renta para el trabajador, por lo que la «precariedad y la pobreza laboral de los más vulnerables se puede reproducir» con este tipo de contrato lo mismo que con uno temporal.
Desde Fedea también se ha criticado que, con la regulación actual, las empresas no asuman el coste social de la rotación laboral y los periodos de inactividad, por lo que las empresas con bajas tasas de rotación acaban pagando los costes que generan las empresas con tasas altas de rotación.
Para solucionar esto y evitar el riesgo de que los fijos-discontinuos puedan transformarse de facto en contratos de cero horas en algunas actividades, Jansen aboga por establecer reglas objetivas y/o poner un precio a la rotación mediante un sistema de ‘bonus-malus’, que premie las cotizaciones de las empresas con menor rotación y penalice a las que rotan más a sus trabajadores.
Recomendaciones
En el capítulo de recomendaciones, a un año de la reforma laboral, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, propone: extender la lógica del contrato fijo adscrito a obra a las contras y subcontratos; fijar mínimos mensuales o anuales de renta o de días de trabajo; delimitar los cambios que se pueden introducir por convenio colectivo; introducir elementos de co-financiación de los periodos de inactividad; recuperar la propuesta de la mochila austriaca; evitar un endurecimiento de la regulación de despido y preservar el actual sistema de indemnizaciones tasadas.
En el ámbito de la negociación colectiva, el análisis de los investigadores de Fedea, Felgueroso y Jansen también postula la mejora de la reforma laboral: ampliar la prioridad aplicativa de los convenios de empresas a más materias respetando la prioridad aplicativa de los convenios de sector en materia de salarios; reforzar los requisitos de representatividad para la formalización de convenios, desarrollando procedimientos para medir la representatividad de las empresas y, reformar el Art. 41 (modificaciones sustanciales de trabajo) para recoger la jurisprudencia del Tribunal Supremo (seguridad jurídica)
Finalmente, y dentro del Mecanismo Red, piden clarificar las fuentes de financiación del fondo para el mecanismo RED; cambiar hacia un sistema de pagos a empresas en vez de pagos directos a los trabajadores acogidos a un ERTE y revisar el procedimiento para la activación del mecanismo RED.
